David Rey, CEO de SNÖ Hotels
Hoteles 17-11-2025Fundada con una profunda conexión con la montaña y la nieve, SNÖ Hotels se ha consolidado en pocos años como una de las cadenas hoteleras de referencia en destinos de montaña en España. Su fundador y CEO, David Rey, cuenta con más de dos décadas de experiencia en el sector turístico y una trayectoria marcada por la pasión, la especialización, y la innovación.
Desde su creación, SNÖ Hotels ha apostado por una gestión profundamente vinculada al territorio y al respeto por el entorno natural. La especialización en hoteles de montaña, la diversificación del negocio para afrontar la estacionalidad, y la apuesta por la tecnología y la sostenibilidad son algunos de los pilares que han guiado su crecimiento. Hoy, con más de 400 empleados y presencia en algunos de los principales valles del Pirineo, SNÖ Hotels continúa expandiéndose hacia nuevos destinos como Galicia y Cantabria, manteniendo intacta su esencia: ofrecer experiencias auténticas en plena naturaleza.
¿Cuál fue el origen de SNÖ Hotels y qué motivaciones personales te llevaron a fundarla?
SNÖ Hotels nace en un punto de inflexión de mi trayectoria personal y profesional. Tras más de dos décadas dedicadas a proyectos vinculados al mundo de la nieve y la montaña, tenía claro, desde que terminé la carrera, que no quería trabajar en banca ni en un entorno que no me motivara. Empecé mi carrera en agencias de viajes especializadas en destinos de nieve, y más adelante en estaciones como Andorra, Soldeu, Grandvalira, o Boí Taüll.
Durante esos años aprendí muchísimo, tanto de la parte comercial, mi punto fuerte, como de la analítica, los costes, las oportunidades y, sobre todo, la gestión de equipos. En la etapa de Andorra trabajé con grandes profesionales que me dieron una visión más amplia del negocio.
Observé que había un gran potencial en la montaña: muchos negocios familiares se encontraban sin relevo generacional porque los hijos se habían marchado a estudiar fuera y no habían regresado. Vi ahí una oportunidad para emprender un proyecto propio. Pero, sobre todo, me movió el deseo de compartir esta aventura con profesionales que, como yo, amaban el mundo de la nieve y querían dar un paso adelante. Así, lo que comenzó siendo un proyecto de cinco personas hoy reúne a más de 400.
¿Qué hace diferente a SNÖ Hotels dentro del sector hotelero, especialmente en destinos de montaña?
Como indica nuestro nombre, snö significa “nieve” en sueco. En un primer momento, todas las incorporaciones a la cadena estaban ubicadas en zonas próximas a la nieve. Ese es un elemento diferenciador, pero, sobre todo, lo que marca la diferencia es el equipo corporativo. Actualmente somos unas 17 o 18 personas, apasionadas de la montaña, que viven en ella y disfrutan del entorno en el que trabajan. Esa conexión genuina con el territorio, unida a una actitud valiente por seguir apostando por la nieve pese al cambio climático, nos hace diferentes. Somos persistentes, resilientes, y luchamos cada día por un proyecto que ya es de todos.
¿Qué tipos de hoteles podemos encontrar dentro de la cadena?
Este es otro de nuestros rasgos diferenciales. Entendemos que los destinos de montaña atraen a públicos muy distintos, con motivaciones diversas, y por eso ofrecemos una amplia gama de alojamientos.
Tenemos hoteles de 4 estrellas en destinos de alto nivel, con servicios de gran calidad, y también hoteles pensados para un público que se inicia en el esquí y busca una buena relación calidad-precio. En Boí Taüll, por ejemplo, acogemos muchas “semanas blancas” de colegios que debutan en la nieve.
También gestionamos apartamentos y hoteles en valles con gran tradición de esquí, como Baqueira Beret, Cerler, Formigal, o Candanchú. Nos hemos expandido a lugares donde el atractivo no es solo el esquí alpino, como la zona de Larra-Belagua, cerca de Isaba en Navarra. Desde 2024 estamos presentes además en Cantabria, en Alto Campoo, con un hotel propio y la gestión de la restauración de sus pistas.
¿Cuáles son vuestros principales puntos fuertes?
El primero es la especialización. Nos hemos centrado en hoteles de montaña, aunque en los últimos años también hemos incorporado establecimientos ligados a experiencias de naturaleza y deporte, como el Camino de Santiago.
Contamos con un equipo muy experimentado, con más de 10 o 15 años de trayectoria en montaña, esquí, senderismo, o turismo activo. Somos un equipo dinámico, con ganas de mejorar, crecer y aprender.
Otro pilar es la tecnología. Hemos centralizado toda la gestión mediante un sistema que integra reservas, canales de venta y análisis de resultados en tiempo real.
Por último, hemos diversificado nuestro portfolio: trabajamos en zonas con más o menos nieve y cada vez con más establecimientos que operan todo el año, garantizando la sostenibilidad económica y social de la compañía.
¿Qué ofrece SNÖ Hotels que nadie más ofrece?
La versatilidad. En una misma temporada convivimos con distintos perfiles de cliente: desde quienes buscan lujo y exclusividad en un 4 estrellas en Formigal o Baqueira, hasta grupos escolares que descubren la nieve por primera vez, o viajeros de fin de semana atraídos por el après-ski.
En lugares como Formigal hemos creado valor añadido no solo en el alojamiento, sino también en los servicios complementarios: transfers a pistas, restauración, actividades après-ski, y experiencias alineadas con el destino. Esa flexibilidad es lo que nos hace únicos.
¿Cuáles son los principales obstáculos que ha tenido que superar SNÖ Hotels?
El más duro fue el COVID. Llegó justo cuando el proyecto empezaba a arrancar. Dependiendo de la comunidad autónoma, no sabíamos si podíamos abrir o no, y eso nos obligó a improvisar planes de contingencia.
También afrontamos cada año la incertidumbre del clima, sobre todo en el inicio de temporada, y la dificultad para atraer talento, es decir, buenos profesionales que quieran desarrollarse y crecer con nosotros.
La estacionalidad es un gran reto en la montaña. ¿Cómo la afrontáis?
Es nuestro gran reto y, por eso, nos tomamos muy en serio la creación de producto para primavera, verano, y otoño, como puede ser la apuesta importante y firme por el ciclismo y por eventos deportivos que dinamicen los valles. Trabajamos con colectivos que viajan regularmente desde distintos puntos de España a destinos como la Selva de Irati o el Parque Nacional de Ordesa.
Hemos incorporado hoteles como Pazo O Rial, Condes de Pallars, Bielsa e Isaba, que funcionan con normalidad desde abril hasta noviembre, lo que nos permite ofrecer continuidad laboral y fidelizar al mejor talento.
Otra estrategia importante es la incorporación de hoteles en la zona de Galicia, ya que en marzo empieza el volumen importante de peregrinos, hasta noviembre, y complementan la actividad del Pirineo, equilibrando la facturación anual y ofreciendo estabilidad al personal.
¿Qué prácticas sostenibles tenéis implementadas?
Estamos renovando los sistemas de calefacción y climatización para hacerlos más eficientes. En muchos valles se aprovecha la energía hidroeléctrica, los cultivos de kilómetro 0, y las calderas de pellets.
Aun así, somos conscientes de que debemos seguir avanzando. Las temperaturas en verano son cada vez más altas y debemos adaptar los edificios para hacerlos más sostenibles y resilientes al cambio climático.
¿Qué papel juega la tecnología en vuestra operativa?
Es esencial, en todos los aspectos del negocio. Nos permite conocer a fondo a nuestros clientes, de dónde vienen, cuándo viajan, qué buscan, para anticiparnos a sus necesidades y ofrecerles experiencias personalizadas.
También es clave en la gestión interna: control de stocks, costes, digitalización de facturas y albaranes, lo que nos da información inmediata sobre la situación real de cada unidad.
¿Cómo colaboráis con las autoridades locales, estaciones de esquí o asociaciones turísticas?
La relación es muy buena. En muchos casos son partners nuestros porque tienen central de reservas y somos sus proveedores de alojamiento. No obstante, creemos que aún hay una asignatura pendiente: desarrollar más producto para verano. En Europa hay destinos que ya lo están logrando, con altas ocupaciones y buenos precios medios, venciendo la estacionalidad.
En nuestro caso, uno de los retos es abrir una unidad en Andorra, que está haciendo muy bien los deberes en desestacionalización.
¿Qué estrategias seguís para fidelizar empleados y reducir la rotación?
En los últimos cuatro años hemos invertido principalmente en mejorar y ampliar los alojamientos del personal. En muchos valles es difícil encontrar vivienda asequible, así que procuramos ofrecer alojamiento y manutención, de modo que su salario sea íntegro para ellos.
Además, desarrollamos planes de carrera interna, promoviendo la movilidad entre destinos y la continuidad entre temporadas. Además, añadimos beneficios sociales: descuentos en tiendas y estaciones, formación continua y actividades de ocio.
Nuestro objetivo es fidelizar al empleado y convertir al equipo humano en uno de los principales valores diferenciales de SNÖ Hotels.
Si pudieras retroceder al inicio de SNÖ Hotels, ¿qué harías distinto?
Quizá habría apostado antes por tener presencia en Andorra. En los comienzos nos centramos en destinos más a pie de pista y dejamos pasar oportunidades en valles con más recorrido fuera de temporada.
Aun así, el proyecto ha sabido adaptarse a cada momento económico y seguimos con la misma filosofía: crecer con coherencia, aprendiendo de cada etapa.
¿Cuáles son vuestros proyectos más recientes o relevantes?
Uno de los más destacados está en el valle del Pallars, Conde de Pallars, donde vamos a transformar un hotel emblemático de 160 habitaciones para potenciar su atractivo durante todo el año. Es un proyecto estratégico que fortalecerá nuestra facturación fuera del invierno.
También seguimos creciendo en Galicia, buscando sinergias entre el Pirineo y la costa, tanto en recursos humanos como en experiencias. Estamos colaborando con chefs como Lucía Freitas (estrella Michelin) para elevar nuestra propuesta gastronómica y llevar esa excelencia también a la montaña.
¿Cómo te imaginas el futuro de SNÖ Hotels?
Queremos seguir fieles a nuestra esencia: ser una cadena especializada en montaña y naturaleza. Nuestro claim, Liberty Hotels, resume bien esa filosofía: hoteles en lugares donde se respira libertad.
No buscamos crecer por crecer. Queremos consolidar lo que tenemos, cuidar el talento interno, y ofrecer planes de carrera que retengan a nuestros profesionales. El capital humano seguirá siendo la clave de nuestro futuro.